¿Por qué oramos y por qué deberíamos hacerlo?

Alguna vez hemos sentido un vacío en nuestras vidas. Y en la mayoría de los casos no sabemos cómo llenarlo: con dinero, placer, comidas y bebidas, etc. En muchos de ellos, a nuestra mente llegan pensamientos negativos y nos cuestionamos qué es lo que nos falta. Yo opino que nos hace falta a Dios en nuestras vidas, como hacemos para acercarnos a Él: por medio de la oración.
Photo by: Rodolfo Clix
¿Por qué oramos?

Porque cuando oramos establecemos una comunicación con Dios, nuestro Padre que nos escucha. Por lo tanto cuando oramos, tenemos que confiar es que somos escuchados. No es decir un testamento de palabras extrañas.

Orar es expresarnos, decir lo que sentimos, pedirle favores, agradecerle, alabarle, etc; hay muchos tipos de oración, cada una tiene una función. Yo opino que es una forma de desahogarnos, puede contar todo aquello que te de ansiedad, tristeza, felicidad, muchas cosas puedes expresar.

Para orar necesitamos practicar la humildad, reconocer que no podemos hacer esto solo, así como cuando tenemos una enfermedad vamos al doctor, cuando queremos aprender, a la escuela. Cuando sintamos que ya no podemos debemos acudir a Dios, reconociendo que somos débiles y necesitamos ayuda, si somos humildes en nuestra vida diaria, las personas que nos rodean nos lo agradecerán, ya que seremos apreciados y no odiados por ser presumidos u orgullosos.

La gente le huye a la oración por que creen que está íntimamente relacionado a la religión y eso no les importa; pero, ¿En qué se diferencia la oración de la meditación? Algunos expertos opinan que esta segunda es muy importante y trae beneficios, ayuda a la salud mental al favorecer la relajación. Yo creo que la oración es lo mismo, reflexionar en el silencio, mediante tenemos un diálogo interno, pero con Dios.

¿Como sabemos que esto ocurre? 

-Cuando experimentamos la conversión de nuestros corazones y crecemos como personas. Cuando después de orar quedamos iguales o peores que antes, es que esa oración estaba mal, no lo hicimos correctamente, cuando oramos bien nos convertimos en una persona mejor que ayer, ya que decidimos actuar de una manera diferente, cambiar nuestra forma de ser. Este progreso nos trae felicidad, ya que avanzamos un paso en nuestra autorealización.

Discernimiento, en la oración hacemos un análisis de nuestra vida, que es lo que estamos haciendo bien, qué es lo que hacemos mal, qué podríamos hacer al respecto. ¿Se corresponden mis acciones con lo que pido? Tenemos que tener una coherencia de vida, así se cumplirán nuestras oraciones. Por ejemplo, Jesucristo apartaba varios momentos para orar a su Padre, ya que consideraba que es importante establecer ese diálogo, también le pedía, y se manifestaba su poder, ya que tenía esta coherencia de vida, dirigiéndose por el camino del bien.

Tenemos que actuar, disponernos a hacer lo que deberíamos, no quedarnos con los brazos cruzados a que nuestro deseo se cumpla, para ello se necesita trabajar.

¿Por qué digo que deberíamos aprender a orar? 

En realidad la oración es muy importante e implica más allá de lo que comúnmente conocemos, como creer que es solo para pedir cosas, pues no, se puede hacer, pero también deberíamos agradecer. Tenemos que aprender a ser agradecidos, por todo lo que tenemos y hemos logrado. Cómo practicamos el agradecimiento más allá de decir gracias por esto gracias por aquello... Trabajando, actuando.

Muchos dirán que esto no tiene correlación. Pero yo los invito a intentarlo, no pierden nada en hacerlo.

Por ejemplo, en algunos momentos pensamos que nuestros padres han hecho cosas muy maravillosas y han sacrificado por nosotros, ¿Cómo podemos agradecerles? Obedeciendoles, ayudándoles, para demostrar que en serio apreciamos lo que han hecho, no solo decirles "Gracias".

En los tiempos de soledad, cuando nos sintamos muy solos, tenemos que aprender que hacer para dejar de sentirnos así y regular nuestras emociones, aprovechar el tiempo, para ello les recomiendo orar en un lugar privado, reflexionar, por qué nos sentimos así, que podemos hacer, pedirle a Dios esa Sabiduría para entender, pero también debemos escuchar en el silencio. Entender que Dios habla de muchas formas, mediante otras personas, eventos, etc. Así que tenemos que esforzarnos en percibirlos, entender su respuesta.

Espero que les haya gustado este post y que al menos le den una oportunidad de leerlo. Es una reflexión que he extraído de una homilía que dio un sacerdote de la iglesia católica el día de hoy, que  también es graduado en Filosofía. El aprendizaje es importante y es necesario ampliar nuestro panorama de lo que conocemos o de lo que hemos escuchado por encima.

Saludos y espero verlos pronto.

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